lunes, 27 de enero de 2025

Respuesta de Manuel Monrroy Chazarreta a Cristina Wayar



EL CASO CRISTINA

He decidido contar la verdad respecto a este caso que esta causando tanto daño a mi persona y a mi familia.

Era marzo de 1997- hace 28 años- cuando conocí a Cristina, yo dictaba en el Conservatorio por primera vez la materia de Armonía, todo un desafío, el curso tenía unos 20 alumnos. Además, dictaba las materias de Panorama de la Música Popular (PMP) y Lectura y escritura musical (LEM), en total tenía cerca de 60 alumnos.

Luego de las clases, tomábamos cafecito con algunos de los alumnos de Armonia; en uno de esos cafés se acerca Cristina para contarme que tenía la obsesión de aprender armonía, que cantaba en un coro y que estudiaba flauta. Era una muchacha líder, decidida. Luego de las clases que eran de 3 a 5 pm, nos empezamos a quedar una hora más a tomar cafecito, a tener largas charlas sobre música, paseos por Sopocachi, nos volvimos confidentes y sin querer, se profundizo nuestra relación.

Le conté que me había separado, que vivía ahora solo, ella me contó que había tenido tres parejas, dos de ellos eran mis amigos, uno era profesor de fagot y otro un percusionista, ambos de mi edad. La tercera pareja la había dejado muy herida, un clarinetista que salió corriendo a Europa dejándola embarazada. Era una muchacha dulce, dolida de amores, decidimos emprender con la relación. 

Yo componía sin parar y tocaba todos los fines de semana. Una tarde, Cristina me presenta a su hermana mayor, era una gran cantante, escuchamos música y coincidíamos los tres con gustos musicales. Cristina me pidió que hablara con su papá, que le contara de nuestra relación, así podría visitarla en su casa. Sin dudar y en señal de franqueza agarré el teléfono y llamé a su papá. YO LO LLAMÉ. Lo invité a almorzar en un restaurante de Sopocachi. En medio del almuerzo cordial, le comuniqué que estábamos iniciando una relación sentimental con Cristina, y que ella quería que su papá lo supiera. El señor me dijo que no era posible esa relación pues Cristina tenia 16 años, que teníamos que esperar dos años más para oficializar algo. Me quedé petrificado; no sabía de su minoría de edad, por eso fui a pedir el consentimiento para la relación. Me instruyó muy serio, terminar la relación, y que si no lo hacía haría una denuncia legal. Y se fue. Cristina era una muchacha madura, con experiencia, incluso alguna vez había comentado que ya era bachiller. Fui al Conservatorio a buscar a su ex novio, el profesor de fagot, quien me confesó que había terminado la relación al enterarse de su edad. Trate de buscar al percusionista, pero no trabajaba en el Conservatorio. Entonces la llame y esa misma tarde en la Plaza Abaroa terminamos la relación que duro unos cinco meses, ella insistía en continuar, pero le conté todo lo conversado con su padre y que había prometido acabar esto; nos abrazamos, lloramos juntos, y nos despedimos muy tristes.

A los dos meses supe que Cristina había iniciado una relación con su profesor de flauta, un gran docente y amigo, cuatro años mayor que yo.

Acabó con normalidad el año lectivo, comenzó 1998 muy intenso pues volví a trabajar en Casa de la Cultura, lugar donde había trabajado los años 1992,93,94,95,96, aprendiendo el oficio de gestor cultural. Me nombraron director de Cultura, cargo que ya había tenido en 1995, conocía bien el tema.

En abril o mayo de 1998, en el Teatro Municipal de La Paz, se me acerca Cristina me da un abrazo sentido, me felicita por el programa “Encuentros” que habíamos implementado llevando música y arte a las laderas paceñas todos los domingos. Le agradecí la valoración, entonces pude ver que se iba del brazo de un señor, luego supe que era el profesor de historia del jazz , un caballero 10 años mayor que yo.

Ocho años después, en marzo de 2005, ooootra vez aparece Cristina en mi aula, había dos paralelos para escoger, pero ella escoge mi aula. Se me acerca con afecto, me dice que estaba pensando hacer su tesis en Literatura sobre mi obra cancionística, por ello precisaba hacerme una serie de entrevistas; así, empezaron las entrevistas, ella preguntaba y grababa, sabía mucho sobre mis canciones. En esas charlas informales me manifiesta que se había casado y tenía un niño. El trato de mi persona hacia ella siempre fue cordial en el marco de una relación amistosa, sin embargo, ella confundió aquello, poniendo una denuncia falsa en el conservatorio sobre insinuaciones mías. Ahí pude entender que su acercamiento se trataba de una represalia ante lo acontecido 8 años antes. La calumnia llego a las autoridades del centro académico, lesionado por la indignación, la impotencia y para evitar mayores problemas presente mi renuncia.

Nunca mas supe de ella, hasta que sacó ese post en facebook el viernes 24 de enero de 2025, con tanto odio y faltando a la verdad. ¿Por qué tanta obsesión conmigo? ¿Porque no habla de sus parejas de la época, todos hombres mayores y profesores del Conservatorio? 

Esta es toda la verdad del caso Cristina, caso muy conocido por los profesores y alumnos de la época, el perjuicio es grande para mi persona y mi familia; por eso decido escribir y decir toda la verdad sobre este caso, pese a los consejos de mis abogados. Ya es mucho el daño, por lo que anuncio las acciones legales correspondientes por haber sido perjudicado en mi trabajo artístico, en mi trabajo de gestor cultural y en mi condición de persona que sufre una persecución ilegal en las redes por tanta calumnia.

Denuncia de Cristina Wayar Soux a Manuel Monrroy Chaz


 Tenía 14, era una mujer de Alasita, chiquita.

En ese tiempo cantaba a duo con mi amiga Anita en el coro. Entonces llegó una invitación importante: el Papirri, su tío, quería que grabáramos los coros de una canción para su nuevo disco. La Anita me entregó la partitura escrita a mano; demasiados bemoles para leerla a primera vista.

La grabación fue en la planta alta del estudio de Obrajes,  donde ahora está Typica, una mañana soleada, llena de vida, de luz y de aire.

"Alasita, ala plena, alasita, rebaja casera. Alasita, alarila, sé que el Ekeko cambiará mi vida." 

Al año siguiente, el admirado compositor se convirtió en mi profesor de teoría, solfeo y armonía en el Conservatorio. ¡Qué lujo! Admiración, veneración, devoción de aprendiz cancionera. Entre clase y clase, compartíamos un tecito endulzado de charla.

En ese tiempo el periódico El Caraspas era mi refugio de entusiasta escribiente. Se me ocurrió entrevistar al maestro. Y en la tarde de esa entrevista pasé de estudiante a amante, de aprendiz a Geisha, de admiradora a amada... en zamba sin letra y a escondidas.

La figura de estupro ya existía en el código penal. Eso lo sé bien porque cuando mi papá se enteró del asunto, convocó al cantautor a un almuerzo en el restaurante de Mercedes Urioste, en la Aspiazu, y ahí se lo dejó clarito.

¿Amor? ¿Deseo? ¿Locura pura y dura? El romance continuó. Mi papá hizo la denuncia que correspondía, pero fue archivada en un cajón, en el escritorio del Viceministro de Cultura, el primo Ramón Rocha, que sabía de salvar pellejos.

Yo tenía 15 y el niñito cuzqueño casi 40. Colegiala, Oficial Mayor de Culturas. Dos universos incompatibles en la realidad cotidiana. Entonces la cancioncita sonó a corazón aturdido y roto que jamás aprendió armonía.

El arte salva y el arte mata, el arte aviva y apaga. 

Ocho años más tarde, entregada al estudio y madre de una bebé hermosa, el destino hizo lo que sabe y Manuel Monroy fue nuevamente mi maestro en el Conservatorio. La tarea para ese día consistía en transcribir "El día que me quieras" e interpretarla con el ensamble de música latinoamericana. Tarea de transcripción perfecta, interpretación traspasada de nostalgia. El profesor quiso robarme un beso, pero la niñita había desaparecido y en su lugar estaba una mujer joven lista para comerse al mundo en lugar de ser bocadillo. Esta vez fui yo la denunciante, ante el Conservatorio y el Ministerio de Educación. Quería aprender, quería ser respetada como alumna. 

Ese año, Alasita sonó a reivindicación, lucha y fortaleza. También a pena.

Y unos años después tuvo el aire de Polvos del olvido. Entonces supe que era más fácil reducirme a un recurso, con el que medirse en la competencia de quién la tiene más grande, que reconocer que quien ama a una muchacha en flor, no la arranca.

Hoy 24 de enero, hoy que mi papá Ekeko cumple 70, la cancioncita suena a la necesidad imperativa de hablar del estupro, de los mecanismos del poder que siguen vigentes para taparlo, de los quiebres emocionales que no tienen reversa, de la necesidad de cuidar y respetar a lo tierno y de los muchos significados, ala plena, de Alasita.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Entrevista a Casimira Lema

 Con más de 30 años de trayectoria en la televisión boliviana, Casimira Lema se consolidó como una periodista influyente del país. Su nombre es sinónimo de integridad, profesionalismo y compromiso con la verdad. La invitada del Pódcast OH! comparte los retos que enfrentó y los caminos que tomó para alcanzar su éxito. 

La infancia de Casimira Lema estuvo llena de constantes traslados por la labor de su padre, un ingeniero geólogo petrolero, recuerda. Este estilo de vida itinerante le permitió conocer de cerca la riqueza cultural y geográfica de Bolivia, lo que, años después, influiría en su amor por el turismo, su primera elección de carrera profesional. Pero, tras mudarse de Tarija a La Paz, el periodismo la  conquistó y terminó sus estudios en la Ciudad Maravilla. “Siempre he querido mostrar lo que ofrece Bolivia”, señala. 

Su primera incursión en la televisión fue en 1991, cuando realizó un casting para ingresar a Canal 7. Aunque su debut fue complicado y  de un día para otro, su perseverancia la llevó a superar los obstáculos iniciales. “Estaba aterrorizada, no me sentía lista. Me tocó presentar una noticia, me confundí. Entró el gerente y me dijo que había sido mi primer y último día”, recuerda entre risas. 

Sin embargo, le dieron una nueva oportunidad y la supo aprovechar. “Desde ese momento no he parado, he estado en las grandes cadenas de televisión del país, aprendiendo de cada una y conociendo a mucha gente profesional. Realmente me siento muy contenta de haber tenido esta oportunidad de conocer varios medios de comunicación y maneras de trabajo, además de palpar lo que se vive día a día en los medios”, expresa. 

Su paso por estos medios estuvo marcado por la influencia de grandes referentes del periodismo boliviano. Entre ellos, destaca al padre Pérez Iribarne, su primer maestro en el mundo laboral y con quien trabajó durante tres años. “Parte de los que soy se lo debo a él. El padre Pérez me quitó el teleprompter y me enseñó a preparar mis leads (párrafo que describe la información central de la noticia) a partir de la información de cada periodista. Todas las noches me daba un jalón de orejas, pero gracias a eso me formé”, cuenta con admiración.

Durante su carrera profesional, también compartió espacio con colegas de la talla de Pepe Pomacusi, Jimena Antelo y Daniel Castellón, quienes contribuyeron a su crecimiento profesional.

Esta experiencia la llevó a consolidarse como una de las caras más reconocidas de la televisión boliviana. “He tenido mucha suerte de poder trabajar con gente que ha podido sostenerme y yo aprender de ellos porque todos los días se aprende, uno no termina jamás de aprender, sobre todo en este rubro”, reflexiona. 

En el Pódcast OH! compartió su paso por la red Unitel, donde trabajó 13 años. “Ahí uno entra con casting y con mucha rigurosidad. Es otro medio donde he aprendido mucho, era un equipo muy lindo el que teníamos en esa época. Yo estoy convencida de que Unitel cambió la cara de Bolivia”, dice. Luego de Unitel pasó a la casa televisiva de ATB, donde estuvo seis años, y continúo su trayectoria en PAT, Televisión Universitaria y actualmente en F10, señal que se transmite a nivel nacional desde la ciudad de El Alto. 

EL MOMENTO MÁS DURO DE SU VIDA

Uno de los episodios más difíciles para Casimira fue la pérdida de su hogar durante los conflictos sociales de 2019. En ese entonces su hogar fue incendiado por un grupo de encapuchados que ingresó a la fuerza y destruyó todo a su paso. “Se cumplieron cinco años de este momento tan injusto y doloroso en mi vida y mi carrera. Considero que me limité sólo a informar, pero han sido circunstancias que algún día lograré entenderlas; sin embargo, no hay al momento una persona tras las rejas. Nos dejaron sin nada, entraron cerca de 40 personas encapuchadas. Sin embargo, Dios es tan grande que no ha permitido que nosotros lleguemos a la casa”, relata con un tono de nostalgia.

A pesar del trauma para toda su familia, Casimira destaca la importancia de la unión familiar en estos momentos tan duros. “Estoy empezando de cero, no les voy a mentir, pero me siento muy orgullosa de ver a mis hijos ya profesionales. Lo material pasó a un quinto plano. Dios dirá en qué momento puedo tener nuevamente una cocina, una heladera. Lo importante es que sigo en mi país y creyendo en mi país. Tengo trabajo y mientras uno tenga trabajo y salud uno tiene que estar tranquilo y agradecido”, afirma con una sonrisa que refleja esperanza.

UNA FAMILIA UNIDA 

En el ámbito personal, Casimira Lema forjó una sólida relación de más de 30 años de matrimonio con Friedl Hochhaeuser Trigo, su esposo, hijo de padre austriaco y madre tarijeña. Su historia de amor es digna de una película romántica. “Él me buscó y fue muy persistente. Yo estaba en Unitel. Al principio, ni siquiera quería hablar con él, no quería salir con nadie, pero fue tan perseverante que terminó conquistándome. Además de guapo era encantador”, comparte Casimira.  

Ocho meses después de conocerse, decidieron casarse. Hoy, su relación, que ya cumplirá 31 años, se mantiene fuerte, basada en el respeto mutuo y el apoyo incondicional. “He tenido la suerte de encontrar a una persona que me entiende y que además comprende mis horarios. Ha sabido entender que el periodismo es parte mía y me apoyó con mis hijos. Lógicamente nada es una taza de leche, pero hemos sabido superar cada cosa que se presentó de una u otra forma”, afirma con seguridad.

Juntos, criaron a dos hijos, uno ingeniero y el otro médico. La crianza no fue fácil, pero la periodista asegura que la combinación de su ternura y la disciplina de su esposo, piloto, fue clave para formar a sus hijos. “Yo soy una mamá gallina, demasiado blanda y sobreprotectora, mientras que mi esposo es más estricto. Eso nos permitió hacer un buen equilibrio”, señala.

PERIODISMO, VOCACIÓN Y PASIÓN

Para Casimira, el periodismo es una vocación y, con más de tres décadas en la televisión, se convirtió en una inspiración para las nuevas generaciones de periodistas y mujeres bolivianas por su ejemplo de perseverancia, fortaleza y amor por su país. “Siempre les digo a los jóvenes que organizándose se logran las cosas. Además, la carrera es tan amplia que no necesariamente tienes que estar frente a la cámara, un micrófono o escribiendo”, expresa.  

Detrás de la periodista rigurosa, existe una mujer que disfruta de las cosas simples de la vida. Su amor por la naturaleza se refleja en su afición por el Lago Titicaca, un lugar que visita con frecuencia para “recargar energías” y volver renovada. También disfruta de la lectura, las caminatas y la compañía de su perro Woody, su fiel compañero en el día a día. Esta la vida e historia de una mujer boliviana, fuerte y convencida de un futuro mejor.

domingo, 12 de febrero de 2023

Perfil de Fernando Larach Santiestevan


 

Fernando Larach nació en Argentina, pero habla, piensa y siente como el camba que es. Transita entre el marketing, el derecho y la política institucional.

“El camba nace donde quiere”, dice el refrán de quienes reivindican la identidad cruceña aún sin haber nacido en tierra oriental. Ese podría ser el caso de Fernando Larach Santistevan, quien nació en Argentina, pero habla, piensa y siente como el camba que es.

Fernando Larach es carnavalero, aunque ya no como antes; cree en Dios, pero no le gustan las expresiones públicas de fe y, antes que pelear, dice que prefiere dialogar. 

A sus 46 años es el presidente electo del Comité Pro Santa Cruz y tiene ante sí el desafío de ser el contrapeso al poder del gobierno de Luis Arce.

Durante una entrevista que duró una hora, repitió 12 veces la palabra libertad o libertades y 14 veces la palabra desarrollo o desarrollarse, con lo que queda claro cuál es su prédica y cuáles serán los ejes de su gestión al frente de la institución cívica. 

Prefiere no encasillarse ideológicamente, pero dice que lucha por las libertades y por el desarrollo, no sólo de Santa Cruz, sino de los demás departamentos, a los que quiere “enamorar” con el modelo y la lucha cruceña.

Larach, si bien no nació en Santa Cruz, tiene padres cruceños, por lo que pudo cumplir el rígido estatuto cívico, que exige sangre o raíces cambas para convertirse en dirigente de la institución. 

Tiene un abuelo árabe y una abuela ítaloargentina, por lo que sus raíces son diversas, aunque él hace notar que, además de haberse labrado su propio camino en la dirigencia, es nieto de Ovidio Santistevan, que fue vicepresidente del Comité Pro Santa Cruz. “También hay por ahí un ADN, según dicen, corre en la sangre este tema”.

Cuando habla de su familia lo hace con respeto y apego. 

Está casado y tiene hijos, la mayor de 20 años, a la que se sigue refiriendo como su niña, y el menor de seis años, para quien guarda en su oficina más de 20 autitos de colección que, a su vez, alguien le regaló a él. 

Está esperando que el niño crezca un poco para que no destruya el pequeño tesoro. Aclara, sin embargo, que no tiene ninguna afición especial por los vehículos y que su único “chiche” es una motocicleta, a la que admira más que utiliza, porque cuando era joven sufrió una caída y ahora se deja llevar por su instinto de sobrevivencia.

Dice que para postular a la presidencia del comité consultó con su esposa y que haría lo mismo si un día decide ingresar a la política, aunque de eso no quiere hablar todavía porque el estatuto del comité prohíbe actividades partidarias. 

“Vale mucho la opinión de quien le da a uno el soporte en el hogar”, explica.

Economía personal de Fernando Larach

¿Y de qué vive Fernando Larach? O ¿Acaso pagan en el Comité Pro Santa Cruz? “Ojalá pagaran”, responde mientras ríe por la pregunta. 

Cuenta que en la pandemia tuvo que cerrar su empresa de marketing y que fue acogido en la empresa familiar, dedicada al derecho, donde se hace cargo de labores administrativas, aunque “con horarios flexibles, extraordinarios, sin control, sin marcado de tarjeta y toda la vaina porque el comité nos absorbe”.

Larach es ingeniero en marketing y publicidad, tiene una maestría en administración de empresas y el año pasado egresó de la carrera de derecho, con la idea de integrarse a la empresa familiar ya como abogado. 

Ayer fue un día especial para él no sólo porque fue elegido como presidente del comité, sino porque tenía que empezar a elaborar su tesis de grado, que versa sobre la posibilidad de divorciarse en ausencia, “vía notarial”. 

Aclara que el tema no es personal y que lo único que busca es facilitar las cosas y descongestionar la carga procesal.

Pese a que se pasó estudiando gran parte de su vida, ya piensa en una nueva carrera: ciencias políticas, una carrera en la que ya está sumergido de pies y cabeza.

Provincias y comparsas

Larach empezó su carrera cívica en 2015, según dice, porque en el gobierno de Evo Morales “había situaciones reñidas con la legalidad, por decirlo bonito”.

Según cuenta, se inició reivindicando “la lucha por lo correcto (...) buscando mayor libertad en la administración de los recursos” e incluso con la idea de colaborar a otros departamentos en la búsqueda de mejores condiciones de desarrollo.

En estos años, Larach ha hecho carrera en el comité, donde se ha desempeñado como miembro de la comisión de seguridad ciudadana, tesorero, vicepresidente de los comités provinciales, presidente de los comités provinciales y vicepresidente del Comité Pro Santa Cruz y ahora se apresta a asumir como el máximo dirigente.

Pero, su carrera en la dirigencia nació antes, en las comparsas carnavaleras, donde fue director para luego ser presidente de la junta electoral, cargo que ostenta hasta la actualidad.

Y es que Larach, como la mayoría de los cruceños, es carnavalero. 

Integra la comparsa Turumbas, aunque dice que el tiempo le empieza a pasar factura y que ahora no sale los tres días como antes, porque ya tiene hijos y busca un equilibrio entre la diversión y la familia.

También es de los cambas que hacen “viernes de frater”. Aclara que, como la mayoría hacen “jueves de frater”, su grupo decidió reunirse los viernes, aunque el 80% son casados.

Las comparsas carnavaleras, explica Larach, se forman en el colegio, cuando los chicos y chicas están entre los 13 y 14 años, pero con el tiempo además conforman las fraternidades, que son las que se reúnen todas las semanas para comer, beber, divertirse y hablar de los tiempos mozos.

En Santa Cruz existen 500 comparsas y, según los cálculos de Larach, unas 20 mil personas forman parte de ese sector. 

Entonces, el peso “es importante y no hay comparsa en Santa Cruz que no esté afiliada a la asociación”.

Está claro que para Larach la presidencia del comité no es una casualidad, que él trabajó para conseguir el puesto. La pregunta es si no tiene miedo de terminar como sus antecesores, perseguido, preso o procesado.

“Yo tengo miedo, pero lógico que tengo miedo, pero no soy cobarde, pues alguien tiene que hacerlo, yo decidí hacerlo y a pesar de todo, lo estoy haciendo”, dice con vehemencia.

El proceso electoral que llevó a Larach a la presidencia del comité cívico estuvo cargado de polémicas, sobre todo porque él quedó como único candidato luego de que Reinerio Vargas fuera inhabilitado por falta de adhesiones, en medio de denuncias de discriminación, clasismo y racismo, las que no salieron de boca de Vargas, sino de voceros oficialistas.

Lo cierto es que Santa Cruz es una ciudad cada vez más diversa y el propio Larach reconoce que no todos los sectores están representados en el Comité Pro Santa Cruz, pero asegura, sin temor a equivocarse, que la gran mayoría sí lo está y que la prueba son los multitudinarios cabildos. 

En todo caso, dice que a todo y a todos les llega su tiempo, por lo que no descarta que más adelante se debatan los estatutos del comité.

Larach no se cierra a nada. Quiere hablar de todo y con todos. “Siempre digo que no me gusta pelear, pero no porque no sepa, sino porque si podés hablar, para qué vas a pelear”, remata.

Fernando Larach es elegido presidente del Comité pro Santa Cruz

Aproximadamente a las 15.20 de este sábado finalizo la elección de la directiva del Comité pro Santa Cruz y, como estaba previsto, Fernando Larach, el único candidato a la presidencia, logró el triunfo con 209 votos de un total de 226.

También el único candidato a primer vicepresidente, Stello Cochamanidis, se alzó con la victoria obteniendo 211 votos.

Con 165 votos, Leonardo Martínez fue electo como segundo vicepresidente.

miércoles, 1 de febrero de 2023

Entrevista a Wendy Callaú Durán, del grupo Maroyu



Wendy Callaú nació en Santa Cruz de la cierra el año 1994 siempre tuvo el sueño de bailar sobre un escenario y se le hizo realidad. 

Dejó de lado su carrera de Ingeniería Comercial para dedicarse por completo a formar parte del cuerpo de baile del grupo Maroyu. 

Disfruta y ama su oficio, que además le ha traído nuevas ofertas de trabajo. Por supuesto, le gusta ser admirada por su público, que la sigue en cada show.

¿Dónde aprendiste a bailar? 

Desde niña me gustó bailar y modelar. Y siempre tuve el sueño de entrar a una escuela de danza, pero, por cosas de la vida, no se dio.

Pero hace cuatro años llegué a entrar a Danzarte gracias a una amiga y desde ese día no paro.

¿Cómo ingresas al grupo de bailarinas de Maroyu?

Me pasaron el número de Kevin (mi jefe), me dijeron que él estaba buscando bailarinas y así fue cómo llegué a ser bailarina de esta agrupación. Ya son seis meses que estoy en el grupo.

¿Eras seguidora del grupo antes de entrar?

Tenía conocimiento gracias a mi cuñado, que es seguidor.

¿Qué crees que es lo más difícil?

Para mí, lo más difícil es el frío. En lo personal soy muy friolenta. Los lugares más fríos en los que he estado son Sabaya y Huachacalla cerca de la frontera de Chile.

¿A qué temperatura es lo más bajo que has bailado y dónde?

Hemos bailado en un frío de -3 grados con nevada en Potosí. 

¿Cómo hiciste para soportarlo?

Tuvimos que improvisar comprando unas chamarritas como parte de vestuario y así sentir menos frío. 

También es alta la exigencia sobre el escenario, ¿cuántas horas seguidas bailan?

Normalmente bailamos una hora y media. A veces, en un día tenemos cinco shows. Para poder cubrirlos todos, bailamos una hora.

¿Quién hace las coreografías? 

Las coreografías fueron marcadas por un exintegrante del grupo. Recién lanzaron la nueva canción Como duele, esa coreografía la marcamos Anita, René y yo.

¿Muchos dicen que van a los conciertos solo para verte? 

Estoy muy agradecida con mis fans por todo el cariño y apoyo que me dan. Más allá de que me gusta bailar, lo hago con mucho cariño porque sé qué hay gente que aprecia el arte de verte bailar y eso es muy gratificante.

¿Qué lugares conoces?

De Bolivia conozco La Paz, Oruro, Cochabamba, Potosí, Sucre y Beni. Y del exterior Argentina, Chile y Perú.

¿Qué otras puertas se te han abierto en tu carrera?

Antes también me dedicaba el modelaje. Siempre he tenido trabajos, ahora estoy un poco más expuesta a las redes y me han escrito para poder trabajar como azafata, hacer videoclips y calendarios.

¿Sabemos que fuiste reina de belleza, fue antes o después de Maroyu?

Sí, participé en el Miss Santa Cruz en el año 2017, fue una linda experiencia que me ayudó a interactuar con la gente. Sin duda, esta etapa de mi vida fue la mejor. 

¿Este trabajo te permite tener pareja?

Pienso que debe ser difícil tener pareja con este trabajo, porque te ausentas bastante.

¿Qué extrañas cuando estás lejos de casa? 

Extraño mucho a mamá, a mis perritos Gohan y Bulma y también la comida de casa. Al viajar por todos lados se hace difícil comer bien y sano.

domingo, 3 de julio de 2022

Pablo Osorio



 “¿Cuándo fue la última vez que lloraste, Pablo?” Al otro lado de la línea telefónica sólo hay silencio, un suspiro, luego risas y una voz firme: “Hoy día, hoy día lloré. Soy una persona muy sensible; esto es lo contrario a toda la imagen que proyecto, pero la verdad es que me afectan muchas cosas. Hoy lloré un montón y no de miedo sino de ansiedad; padezco de ansiedad y cuando me abruma la ansiedad lloro, dejo caer las lágrimas y me permito llorar como buen hombre (calla un par de segundos), lloro a mares”.

Un día de furia se apoderó de la vida de Pablo Enrique Osorio Abud el último martes de junio de este 2022. Por la mañana recibió un comunicado de Impuestos Nacionales, en el cual se le conminaba a quitar un video de TikTok que cuestionaba la labor de la entidad estatal y por la tarde le mandaron otra carta en la cual se retractaban de la primera notificación.

La orureñidad

El camba nace donde quiere, dice un viejo adagio cruceño, y Pablo es un camba que nació en la ciudad de Oruro en el año 85. Cuando estaba en colegio viajaba de vacaciones y visitaba a su abuela materna en Santa Cruz de la Sierra. Así iba de la Tierra de Pagador a la Ciudad de los Anillos al menos una vez al año, hasta que un buen día decidió radicar en el oriente del país.

Confiesa que sabe poco del rey de los deportes y que tampoco le interesa. “Soy antifútbol, no le entiendo a ese deporte y me declaro un incompetente al fútbol, ni siquiera el FIFA puedo jugar porque soy muy malo. De todas formas, como buen orureño, cada vez que el San José volvía de la B yo estaba ahí firme”, explica el hombre que en su juventud pasó clases con el comediante Javicho Soria y descubrió que tenía facilidad para la ironía y el humor.

Ejerce la comedia desde hace siete años. Antes se dedicó a la poesía y la narrativa. Le fue bien, obtuvo el Premio Nuevo Cuento Breve de El Deber (2003), ganó el concurso Nueva Poesía Joven Simón I. Patiño (2007) y consiguió una mención en la versión cuento del concurso Franz Tamayo (2008). Sigue prendado por la literatura, en especial por la ciencia ficción; ahora está fascinado con la obra Fundación, de Isaac Asimov.

No está alejado de la poesía, ahora le puso imagen y sacó punta al lápiz del humor. “Cuando comenzamos a hacer shows de comedia con mi amigo Pedro Álvarez rotábamos en bares clandestinos, íbamos de aquí para allá y éramos nómadas del humor, nos metíamos a cualquier bar o restaurante que nos quisiera recibir y hacíamos humor para ellos”.

Hoy en Santa Cruz de la Sierra el humor de stand up tiene un nombre: La Tuja. Y claro que Pablo tiene referentes, uno que él recomienda sin dudar es el estadounidense Mike Birbiglia.

El stand up es su apuesta sobre el escenario. “Nosotros venimos a patear el tablero de la risa y tenemos otra forma de reír que no sea disfrazados de personajes criollos”, explica. 

Tiene claras las ideas sobre lo que es y a dónde quiere ir: “Tengo una postura progresista de izquierda que no es del agrado de la actual oposición, pero tampoco le caigo bien al oficialismo porque soy crítico y tengo esta forma de reírme del poder, que a veces no les gusta”.

Él apunta a los poderosos y especialmente a las empresas que se han vuelto intocables para la población. Boliviana de Aviación, Tigo, el Servicio de Impuestos Nacionales han sido algunas de sus “víctimas”; de éstas, la telefónica le ha pedido explicaciones.

“El tiktok de Tigo traspasó las fronteras y la gente empezó a verlo en Nicaragua, Paraguay, Guatemala y Honduras. Ese video tiene más de un millón de vistas”, explica el hombre que se autodefine como cambacolla o collacamba.

La empresa Tigo, con presencia internacional, lo llamó dos días después de lanzarse aquel tiktok. “Me dijeron ‘¿por qué lo dijiste?’ y les respondí porque es verdad, nada de lo que digo es mentira y quizás hay algo de hipérbole pero todo eso me ha pasado”. La telefónica se comprometió a mejorar sus servicios y luego dejó en visto a Osorio.

Los humoristas también se ponen tristes

Febrero del año pasado no fue un buen mes para Pablo Osorio. Llevaba ocho meses sin trabajo y, como muchos, estaba con el agua hasta el cuello. En medio de tanto día repetitivo decidió apelar al humor y abrió su TikTok.

Su primer video, como él mismo lo explica, estaba lleno de sentimientos. Es sobre todo un recordatorio de los días que se fueron y los oficios que desaparecen con el tiempo. Un hombre cree escuchar al afilador de cuchillos y baja corriendo por las gradas... pero se da cuenta de que todo está en su imaginación y queda triste sentado en el sillón, con los cuchillos en la mano. “Es el que más me ha gustado hacer. Estaba lleno de expectativas porque no sabía qué iba a realizar; estábamos en la pandemia, lo hice desempleado, lo hice sin expectativas, lo hice con el corazón y es un video muy naif, muy inocente. Es sólo un personaje, es casi poético, tiene mucho de mi poesía y me gusta mucho por eso mismo”.

Pero el TikTok está lleno de ironía; por ejemplo, él cuenta que su primer video no tiene la viralidad ni las vistas que se merece, “las cosas que más te gustan casi nadie las ve”, sentencia.

La vida del humorista tiene esos vaivenes. Además, ahí cerca está la sombra de la censura del poder. En Rusia, por ejemplo, en un stand up, Aleksandr Dolgopolov tuvo la ocurrencia de bromear sobre el presidente Vladimir Putin, después fue perseguido por el Gobierno ruso y tuvo que salir de su país. En su defensa, el comediante publicó en Instagram: “Hace dos años, los matones de los pueblos me perseguían, ahora todo el Estado me persigue”.

De alguna manera esta historia rusa se repite en Bolivia. Tras recibir la carta conminatoria del director de Servicio de Impuestos Nacionales, Mario Cazón, el humorista Osorio le respondió en un video: “Si usted quiere perseguirme, no hay nada que pueda hacer al respecto, ustedes son los dueños del poder...”.

Como en la película de Jean Claude Van Damme Retroceder nunca, rendirse jamás, estrenada un año después del nacimiento de Osorio, el humorista boliviano no se desdice. En charla con Página Siete cuenta que su primer TikTok sobre Impuestos fue publicado tiempo atrás y que recién hubo respuesta... “De repente la gente abrazó muy bien al video, cuando lo hice y se viralizó de manera fuerte. Estamos hablando de mayo y (el Servicio de Impuestos) se ha tardado mucho en mandarme una carta; es que hasta para eso son burócratas, Dios mío”.

Pablo sigue en su trabajo y no deja el humor sobre las tablas o en TikTok. Vive con las emociones a mil y sabe cómo salir adelante.

Sí, es cierto, Osorio lloró cuando se sintió acorralado por la presión, pero después bailó mirando a la cámara, de frente, sin titubear. Con las piedras que le lanzaron él ha construido un muro gigante desde donde pasa el tiempo riéndose del poder... y haciendo reír.

domingo, 26 de junio de 2022

Entrevista a Carolina Córdova



Nuestra invitada de lujo hoy es una de las presentadoras más queridas de la televisión nacional cuya carrera ha ido creciendo de manera exponencial y la ha posicionado como una de las comunicadoras más destacadas y más queridas por el público. En esta exclusiva conocemos más de su vida personal y profesional. 

¿Quién es Carolina?

Carolina es una mujer amante de la vida, mamá enamorada, profesional responsable y en constante crecimiento, una amiga leal y divertida.

¿Eres soñadora o pies de plomo es mejor?

Tengo un poco de ambos, en la vida es necesario ser soñador, replantearte metas constantemente y la forma de cumplir esos sueños es teniendo los pies en la tierra, consciente de que se requiere dedicación, constancia, disciplina y responsabilidad.

Sabemos que tienes una carrera paralela como modelo ¿Cuándo iniciaste en el modelaje?

Inicié muy joven, a los 14 años aproximadamente. Trabajar desde temprana edad me ayudó a independizarme, a valorar cada centavo ganado y a ser más extrovertida; la timidez en la época de adolescencia me generó muchos conflictos.

¿Qué trabajos de relevancia tienes en tu carrera como modelo?

Tuve la suerte de trabajar con grandes marcas, trabajos que me permitieron conocer muchos lugares y a muchas personas.

¿Cuál dirías que es tu mayor virtud como modelo?

Sin duda para lograr el éxito en cualquier actividad tienes que ser disciplinado.

¿Has participado en algún certamen de belleza?

Nunca, no era algo que me llamara la atención.

¿Cómo llega una Administradora de Empresas a hacer televisión profesionalmente? ¿Esa fue siempre tu pasión en el fondo?

Llegué a los medios a través de una invitación, jamás imaginé despertar una vocación por esta profesión. Cuando supe que quería dedicarme a los medios ya me encontraba en el penúltimo año de Administración de Empresas, decidí terminar la carrera y al momento de decidir por mi vida laboral, me incliné por los medios.

¿Cuándo fue tu debut en televisión?

Inicié en los medios a los 16 años, formaba parte del cuerpo de baile de un programa juvenil en la Red Uno, sin embargo mis primeros pasos como presentadora fueron el 2009 en el programa “TEENS” de la misma casa televisiva.

Hace mucho tiempo te vemos en revistas matinales y noticieros ¿En qué formato de programa que no has hecho hasta ahora te gustaría incursionar?

Me encantaría tener un programa de opinión, donde se toquen temas de coyuntura de diferentes áreas.

Se nota el cariño que muchos televidentes te tienen ¿A qué le atribuyes este nivel de empatía con la gente?

Antes que nada quiero decir que el cariño es mutuo. Agradezco el apoyo de la gente desde el inicio de mi carrera, para que la gente sea empática con tu trabajo es necesario que tú también  lo seas en el día a día. Que la gente de alguna forma se vea reflejada en ti.

¿Qué proyectos tienes proyectados para este 2021?

Sin duda una de las lecciones que me dejó la pandemia es que no hay que ser 100% dependiente de un trabajo, así que parte de mis planes para este año es empezar a emprender.