lunes, 10 de enero de 2011

Entrevista a Luis Hector Cristaldo "puedo dar lo último y mejor"

Luis Hector Cristaldo
Luis Héctor Cristaldo Ruiz Díaz Nació en Formosa (Argentina) el 31, agosto 1969. Posición: Volante Su trayectoria Tiene dos hijos: Maicol (20) y Héctor (5), ambos juegan al fútbol y estudian en la Argentina. Proviene de una familia numerosa, que está integrada por sus papás Félix y Gregoria. Destaca que son ocho hermanos: Eva, Ángela, Rosa, Lidia, Julián, Ramón y Esteban. Luis es el menor de la familia. Una vez que se quedó en Santa Cruz, salió bachiller del colegio Latinoamericano. Le gusta leer historietas, no libros, porque no tienen dibujos.

— ¿Realmente estás en condiciones de seguir en el fútbol?

— Seguro, si no, mejor me quedo en casa. De verdad te digo, si creo que puedo ser un perjuicio más que un aporte en The Strongest, no sigo. Pero quienes están cerca mío ven que desde el año pasado yo me cuido, descanso, me entreno.

— ¿Ésa es la receta para seguir?


— Siempre me he cuidado, más allá de que hubo ese problemita (dopaje) y me acusaron de cosas que nunca hice. Siempre fue mi actitud de estar cuando más me golpean. Ahí es que más ganas tengo. Me duele eso de seguir como extranjero y que las cosas no cambien.

— ¿Eres consciente de que no eres el de hace 10 años?

—  Es así, no soy el mismo de hace dos años, las cosas cambian mucho, pero en mi caso para bien y soy honesto al decir que estoy bien para seguir este año más.

— ¿Cuándo asumirás que te tocará despedirte y dejar el fútbol?

—  Yo ya asumí que pronto dejaré el fútbol, estoy tranquilo. Esta ocasión del Tigre es mi opción de decir adiós como deseaba, jugando en un club grande. Néstor (Craviotto) ya me vio el año pasado, le agradezco la opción que me da. Él no echará por la borda su trabajo, vio que no estoy jugando y que puedo dar lo último y mejor de Cristaldo. Por todos los medios voy a buscar no defraudarlo y darme al máximo.

— ¿Qué le dices al hincha que aún se pregunta si podrás?

—  Que lo único que tengo en mi cabeza es ayudar al Tigre, no tengo otra intención. Si supiera que no puedo, de verdad me hago a un lado. Además, para mí es fácil seguir como ayudante técnico. No me gritan, no me presionan, yo anoto mis apuntes y tranquilo.

— ¿No quieres estar tranquilo?


—  Creo que pongo en riesgo parte de mi carrera, pero no me interesa. Yo por el Tigre voy a dar siempre la cara, bien o mal, pero la voy a dar. Sé que puedo ayudar. Nunca he sido un cobarde y no lo voy a ser ahora. Siempre que pude dar la cara, lo hice y así será.

— ¿Te gustaría jugar como lo hiciste el 97 en Bolívar, más toque y menos correr?

—  Yo me adapto al puesto en el que me coloquen. Me dicen de lateral y mi cabeza creo que ya se pone el chip y al momento me desempeño así. Pero bueno, ahora estoy a las órdenes del entrenador.

— ¿Dirás adiós con la camiseta de The Strongest?

—  Sí, de aquí ya no más. Mi despedida está decidida, lo haré en un club grande que me permite hacer eso. Yo sé que la gente hablará, pero mis compañeros me piden que no haga caso, porque ven mi trabajo.

— A más de 20 años en el fútbol liguero, ¿qué sensación te deja todo lo que te tocó vivir?

—  Espléndido, magnífico. A pesar de algunas cosas, con el fútbol para mí fue todo felicidad pura. Siempre me sentí bien. Es lo que más me gusta, amo el fútbol. La verdad es que nunca pensé en el fútbol para ganar plata, de verdad. Yo jugaba al fútbol porque me gustaba, y bueno, casi todo se dio de golpe, lo que un jugador pueda querer. Mirá, ahora, a mi edad y con todas las cosas que pasé, el fútbol es mi alegría.

— ¿Cómo llegaste por primera vez a The Strongest?


— Llegué el 2002, en un momento como ahora, pensaban que estaba acabado, que el equipo no estaba bien, pero nada que ver, demostramos lo contrario. El 2003 se ganó dos títulos y el 2004 uno. El 2005 lo perdimos por rencillas entre jugadores. Teníamos dos partidos en La Paz ante Bolívar y Blooming para definir el título a nuestro favor, pero a veces los jugadores no pensamos y esas rencillas nos hicieron daño y perdimos un campeonato que lo teníamos en la mano.

— ¿Qué rencillas hubo?


—  No, no sería bueno sacarlo ahora. Hubo orgullo tonto, cuestión de dinero, de cobros que unos tenían y otros no. Uno se enojó, otro no quería esperar. Eso se notó en los partidos. Hubo peleas entre nosotros, expulsiones y ahí echamos por la borda todo el trabajo del año. Fuimos tontos, no vimos el beneficio de todos.

— Si retrocedes en el tiempo, ¿recuerdas tu debut liguero?

—  Primero siempre recuerdo que tras el Sudamericano Sub-20 que jugamos con Bolivia en Argentina, Carlos Valverde nos llevó a Jiguchi y a mí a Oriente. Entonces debuté a los 20 minutos del segundo tiempo ante Destroyers, me hizo debutar (Wálter) Cata Roque.

— Luego se habló de uno de los pases más caros de club a club, de Oriente a Bolívar.


— Primero, que estoy agradecido a Bolívar y a don Mario Mercado. No sé, pero dicen que de Platiní fue el primer pase más caro al exterior para esa época. Pero para que yo llegue a Bolívar de Oriente, don Mario pagó 300.000 dólares, no sé si hasta ahora un club pagó ese monto por un jugador entre equipos nacionales.

— ¿Cómo te fue en Bolívar?


—  Muy bien y además me tocó jugar de ‘10’ en el torneo del 97, luego de la desgracia que pasó con Ramiro Castillo. Imagínate, jugar así en Bolívar, que tuvo siempre a los mejores ‘10’ de la historia del fútbol boliviano.

— ¿Qué recuerdos?

—  Salimos campeones cuando le ganamos a Wilstermann, precisamente hice el gol del 2-1. Luego, en Copa Libertadores del 98 con Peñarol y Nacional nosotros salimos primeros de grupo, le ganamos a Peñarol en Montevideo y bueno...

— ¿Cuál es la identidad de juego de esos tres grandes en los que jugaste?


—  En Bolívar es la técnica, el estilo bonito que tiene; en el Tigre es la garra, donde hay que meter y meter; y Oriente es mucha pasión. En los tres clubes la pasé bien, me adapté.

— ¿Y Guabirá?

—  También la pasé bien, desde jugar en la ACF, la Simón Bolívar, la AeroSur del Sur y muy poquito la Liga. Y tampoco quiero olvidarme de Ciclón, donde también la pasé muy bien.

— Sí hablamos de los clubes en el exterior, ¿a quiénes deseas destacar?

— Estoy feliz por haber jugado en Cerro Porteño, del Paraguay, pero siempre me hubiese gustado ir más lejos. Pude irme a Independiente de Argentina, al Panathinaikos de Grecia, al Brescia de Italia, al Fluminense del Brasil, cosas concretas que yo hablé, pero en esa época el famoso pase truncó mucho.

— ¿Qué pasó en Mandiyú de Corrientes en Argentina y en Sporting de Gijón, de España?

— Fue lo peor que pasé debido al tema económico, porque no me pagaban, pero no se puede jugar así. Yo estaba allí en España y no ganaba, vivía con mi dinero que había ganado en Bolivia. ¿Cuál era el chiste? Me tuve que venir.

— Si vamos más atrás ¿qué evocas de tus primeros pasos?

— Tantas cosas, que desde los 10 años jugaba en la selección de mi pueblo un torneo de Sub-12, durante dos años jugué ese torneo, luego la juvenil y después fui parte del club Vélez Sarsfield, que jugaba en Primera desde los 15.

— ¿Tu padre influyó?

—  Sí, con toda seguridad, fue el primero, porque él era dirigente del club Vélez, de la primera de Formosa, entonces andaba de aquí para allá con ese afán de los dirigentes y yo lo acompañaba y desde niño jugué en serio.

Periodista:Rafael Sempértegui - La Paz

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